domingo, 27 de mayo de 2012

Capítulo 9. ¿Confías en mí?



Lidia se despertó, estaba abrazada a Zayn y él la rodeaba con un brazo. Le miró la cara, estaba dormido.
Pasó las manos por su pelo mientras le observaba, sonrió y le acarició la cara. Justo cuando rozó la comisura de sus labios, él le mordió un dedo.
Lidia: ¡Auch! *se puso colorada* ¿estabas despierto?
Zayn: Puede… *esbozó una sonrisa torcida y ella enrojeció más*
Lidia: Eh… yo… lo siento *miró hacia otro lado, cortada*
Zayn: No seas tonta *le cogió la cara para que lo mirase, aún sonriendo*
Lidia: No me mires tan… así
Zayn: ¿Así cómo? *retiró sus manos, ella no contestó* ¿te gusta mi pelo? *pasó una mano por él y se rió*
Lidia: Idiota *se moría de vergüenza*
Zayn: No sabía que eras tan… vergonzosa *su sonrisa se volvió más grande*
//Narra Lidia//
Zayn: No sabía que eras tan… -será idiota, deja de sonreír así… :$- vergonzosa *sonrió más todavía*
Me volvía loca esa sonrisa torcida, tan traviesa. Sus ojos de color miel me observaban atentamente, mientras yo me ponía cada vez más colorada, como una idiota, perdiéndome en su mirada, en sus labios, en ese rostro tan perfecto…


Zayn: Oye…. *le miré* ¿yo no puedo tocarte el pelo o acariciarte mientras duermes? *se puso a hacer pucheros* eso no es justo.
Lidia: Nadie te lo ha prohibido –vale… ¿he dicho yo eso? :$-
Zayn: Entonces… *agarró mis manos, me atrajo más hacia él y me rodeó la cintura con los brazos* tampoco me habrás prohibido esto.
Se acercó despacio a mí; estábamos a unos centímetros, mi corazón latía alocado. El no quitaba esa encantadora sonrisa. Pude sentir su respiración, cada vez más cerca… y me besó.
Fue muy dulce, él me sujetaba de la cintura y yo puse una mano en su cara y otra enredada en su pelo. Noté su sonrisa en mis labios y se me aceleró el pulso, sentía su lengua jugar con la mía y tiró suavemente de mí para acercarme. Acabamos los dos sentados en la cama, yo encima suya.


//Narra Ada//
Cuando desperté, Lidia estaba entrando en la habitación y Zayn también estaba despierto. Quería dejarlos a los dos solos de alguna forma y entonces vi un WhatsApp sin leer en mi móvil. Sonreí.
*Vienes a pasear? *ya sabes que me encanta tu compañía ;)*
Les dije que iba a dar un paseo para despejarme y salí disparada mientras le respondía. Cogí el iPod y los cascos y bajé- Cuando salí fuera él ya estaba sentado en un banco, esperándome.
Ada: Hola *sonreí* ¿dónde vamos hoy?
Christian: ¿Confías en mí? *me tendió una mano y la tomé*
Ada: *le miré confundida* Sí, ¿por?
Christian: Ven conmigo *tirando de mí*
Me llevó hacia el banco, yo seguía sin entender nada. ¿De qué va esto? Cogió una cinta roja y me vendó los ojos.

Ada: Oh, vale, ¿me vas a secuestrar? *me burlé, con una sonrisa*
Christian: ¿Acaso tienes miedo? *terminó de hacer el nudo*
Ada: ¿Debería? *agarrando la mano que me tendía*
El camino se me hizo largo, ya que iba con los ojos vendados. Íbamos por algún sitio del bosque, Christian me ayudaba e impedía que me cayese. Hablábamos de cualquier tontería, me encantaba estar con él. Noté cómo iba disminuyendo el ritmo hasta que se paró. Me soltó la mano y se puso detrás de mí
Christian: Ya hemos llegado *me desató la venda* ya no puedes huir, solo falta pedir el rescate y esperar.
Ada: No hace falta que lo pidas, eh.
Los dos reímos y me llevó de la mano al mirador que había, todo era precioso. Me sorprendía que en el bosque del internado hubiese sitios así.
Christian: ¿Te gusta? *asentí, sonriente* me alegro.
Ada: Oye…

Christian: Dime *se volvió hacia mí, apoyado en una de las columnas del mirador*
Ada: Me gustaría saber más cosas de ti.


//En la playa, narra Ángel//
Había pasado un rato; yo seguía sentado en la arena, asimilando lo que me había dicho Hugo. Fui a la orilla, a ver si me aclaraba las ideas, mientras yo paseaba la fiesta seguía. Sentí a alguien que se acercaba por detrás. Angélica. Me volví; y para mi sorpresa, era Mónica “Claro, Angélica está demasiado ocupada en la fiesta con ese tío.” *pensé, con rabia*
Mónica: Ey, ¿qué tal?
Ángel: Bueno… ahora mismo, confundido.
Mónica: ¿Confundido? ¿Por? *sus grandes ojos me miraban fijamente*
Ángel: Eh… pues… por una cosa que me han contado *aparté la mirada, incómodo*
Mónica: No hace falta que me lo cuentes si no quieres *sonrió*
Le devolví la sonrisa, agradecido. Era buena persona, se preocupaba por mí, no me presionaba a que le contara las cosas y después no me lo echaba en cara.
Mónica: Te voy a dar un consejo, así que escúchame bien.
Ángel: Te escucho.
Mónica: No te rayes ahora, no merece la pena. Disfruta de la fiesta, pásatelo genial y ya tendrás tiempo para pensar cuando volvamos al internado. No te estropees el día.
Ángel: Tienes razón. Gracias, Mónica.
Mónica: Lo sé jajaja De nada, venga vamos. *le ofrecí mi mano*
Ella sonrió satisfecha, me miró mientras tomaba mi mano y nos dirigimos con los demás, de vuelta a la fiesta.

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